Danza Lírica

El baile lírico o danza lírica es un estilo de baile que podemos situar a medio camino entre la danza clásica o ballet y el jazz. Los movimientos son más rápidos y fluidos que en el ballet, sin alcanzar la rapidez del jazz. Por otra parte, incorpora coreografía, pero más como directriz estructural que como norma inquebrantable. En la danza lírica la expresión del artista es clave, por eso se relaciona con una mayor libertad.

La danza lírica desafía a los coreógrafos y bailarines a usar el movimiento para interpretar música y expresar emociones. Representa ciertas emociones, como el amor, y cuenta una historia a través de cada movimiento realizado. Tiene una historia relativamente reciente y una génesis basada en la unión del ballet con el rock, folk, pop, música alternativa y una variedad de estilos de baile jazz y danza moderna.

La función de la coreografía en la danza lírica

Uno de los primeros prejuicios de los que debemos deshacernos cuando hablamos de baile lírico es que solo usa música lenta o muy melódica. Igual que hay emociones que requieren ese tipo de música, hay otras que se trabajan mejor con otro tipo de ritmos. Cualquier género musical es bueno para practicar baile lírico. La coreografía en este estilo de baile existe, pero no como una serie de figuras fijas que los bailarines deban realizar. La labor del coreógrafo tiene más que ver con orientar que con imponer en este caso.

En cuanto al estilo y a la técnica, los movimientos del baile lírico tienden a ser alargados. El centro del cuerpo es solo el punto de partida desde el que el movimiento se extiende y crea así un nuevo modelo estético. Si bien esta es la tendencia, se suele entender que la técnica propiamente dicha no existe en danza lírica. Sin embargo, hay algo que debes tener en cuenta: dominar el baile lírico requiere conocer y dominar lo más básico del jazz, del ballet y de la danza moderna.

Danza Lírica y sentimiento

La danza  está orientada de manera similar hacia las respuestas emocionales del bailarín más que hacia una estructura coreográfica formal subyacente. Si bien a menudo existe una estructura coreográfica, sirve más como una guía general que como una receta para movimientos de baile específicos que, una ves dominados, será muy similares de una actuación a la siguiente.